En el mundo actual se hace necesario revisar el comportamiento de las empresas con el medio ambiente, pues ya no solo se trata de crear y mantener modelos de negocios exitosos, sino que los mismos deben apegarse a la sostenibilidad ambiental; por eso se hace indispensable el uso de la energía renovable, y una de las maneras más sencillas de acceder a ella es a través de las instalaciones fotovoltaicas.
Importancia de la energía renovable
Es importante destacar que las energías renovables son consideradas las fuentes de energía más limpias, además de ser inagotables y crecientemente competitivas. Su principal diferencia -comparado a los combustibles fósiles- radica en su diversidad, abundancia y potencial para ser aprovechada en cualquier parte del planeta.
Por otra parte, no genera efectos secundarios, ya que este tipo de energía no produce gases de efecto invernadero ni otro tipo de emisiones contaminantes. Otra ventaja radica en su costo, pues el mismo tiende a la baja de forma sostenida, en tanto que el costo de los combustibles fósiles suele ir en alza a medida que pasa el tiempo.
Paneles solares
Las instalaciones fotovoltaicas constan -entre otros implementos- de paneles solares, que se instalan en un lugar adecuado de la empresa u hogar previa evaluación de los expertos.
Las células solares incluidas en los paneles convierten la luz solar directamente en electricidad. Estos paneles están hechos de materiales semiconductores similares a los utilizados en los chips de computadora.
En el mercado existen tres tipos de paneles solares:
–Fotovoltaicos: generadores de electricidad para suministrar a los hogares o empresas.
–Térmica: instalada en casas para recibir el sol directamente.
–Termodinámica: funciona en diferentes condiciones climáticas (de noche, cuando llueve o está nublado).
Efecto fotovoltaico
Cuando los materiales semiconductores absorben la luz solar, la energía solar libera electrones de sus átomos, permitiendo que los electrones fluyan a través del material para producir electricidad. Este proceso de convertir la luz (fotones) en electricidad (voltaje) es lo que se conoce como efecto fotovoltaico (EF).
Las células solares generalmente se combinan en módulos, y dependiendo del tipo de instalación, algunos de estos módulos están montados en matrices que pueden medir hasta varios metros de lado.
Estos conjuntos fotovoltaicos de placa plana se pueden montar en un ángulo fijo, o se pueden montar en un dispositivo de seguimiento que sigue al sol, lo que les permite capturar la mayor cantidad de luz solar en el transcurso del día. Varios conjuntos fotovoltaicos conectados pueden proporcionar suficiente energía para un hogar, para grandes aplicaciones eléctricas o industriales; asimismo, se pueden interconectar cientos de matrices para formar un único sistema fotovoltaico grande.
Las células solares de película delgada usan capas de materiales semiconductores que solamente tienen unos pocos micrómetros de espesor. Esta tecnología de película delgada ha hecho posible que las células solares ahora se puedan replicar como tejas, fachadas de edificios o acristalamiento para tragaluces o atrios. Esta versión de células solares de elementos como tejas ofrece la misma protección y durabilidad que los paneles comunes.
En resumen, debemos destacar que la electricidad que se genera a través de la acción de las instalaciones fotovoltaicas es inagotable y no contamina. Además, se pueden obtener tanto beneficios energéticos como económicos, ya que se puede vender el excedente a la red eléctrica.
El costo de instalar y mantener instalaciones fotovoltaicas (cuya vida útil promedio es de más de 300 años) ha ido bajando en los últimos años. Simplemente se necesita realizar una inversión inicial (previa consultoría), y una vez instalado podrás empezar a obtener los beneficios en tu hogar o empresa.